martes, 21 de noviembre de 2017

Valentía

Siempre hay un punto de locura en la gente creativa. No se explicarlo. No hablo de locura picassiana; no hace falta irse al extremo. Creo que más que locura es valentía. Quizás, la gente que amamos el arte y el amor somos (muy) poco conformistas. Yo estudié Derecho porque la Universidad de la Vida no existía; es decir, mi obsesión era aprender a vivir pero como nadie me daba una carrera adecuada a tal fin estudié Derecho que, al fin y al cabo, lo había visto en mi casa. Tardé un mes en darme cuenta de que la universidad privada no era para mi así que abracé a mi amada y siempre querida Complutense que dejó correr libre mi imaginación. Mi vocación fue siempre escribir pero no me salían los números por ningún lado ya que, al fin y al cabo, el mundo no era de los artistas.



La abogacía me llevó de la ceca a la meca y siempre oí un susurro de la gente a mi alrededor que decía "eres una joven promesa de la abogacía" pero nadie me preguntaba si yo quería hipotecar mi vida personal y privada en aras de ¿hacer feliz a un cliente? ¿demostrarle algo a alguien o al mundo? Entonces empecé a leer libros de meditación y a poner las enseñanzas en práctica. En el silencio descubrí que todo aquello no era para mi; la vida es demasiado corta como para pasársela entera trabajando. Tenía en mente seguir trabajando en la abogacía (al fin y al cabo es otra herramienta para ayudar a la gente) pero a otro ritmo. A MI ritmo; mis reglas, mis valores, mis clientes...Era (y soy) dueña del poder de decidir qué hago y que no hago. Y eso no tiene precio. Pero requiere de una gran valentía y de confianza en uno mismo.




La gente suele creer que la valentía implica no sentir miedo pero sentir miedo es natural. Es cierto que no nacemos con miedo sino que lo vamos aprendiendo pero no implica que no debamos sentirlo. La valentía, en mi humilde punto de vista, es tener la determinación de hacer algo aunque todo tu cuerpo tiemble. Es ponerte de pie e irte de un lugar si no estas cómodo. Es expresar tu opinión a pesar de que todo el mundo esté en contra. Es ser tu misma sin importarte el resto. La valentía es un salto al vacío sin red, sentir la convicción de que todo va a ir bien y que si no va bien vas a asumir las consecuencias. Es ponerte de pie cuando no encuentras fuerzas ni para abrir los ojos. La valentía emana de la más absoluta creencia en el proceso, el destino. Trust the process.



La valentía es llorar si estás triste cuando vives en una sociedad que te impone ser feliz. Valentía es asumir las imperfecciones. Valentía es amarse a uno mismo y atreverte a decirlo; mirarse al espejo y decir "eres perfecta y aun así no te das cuenta". Valentía es poder luchar por lo que quieres y crees; es una carrera hacia delante pero meditada, no un atropello. También es asumir que uno no está bien, atreverse a parar a descansar y poder decirlo. También es asumir y abrazar el hecho de que uno está bien, feliz, contento, tranquilo aunque ello implique despertar envidias.




La valentía te otorga ese poder infinito e interminable para decir "no"; poder que una vez lo usas no se agota nunca. No quiero esta relación, no quiero este trabajo, no quiero esta amistad, no quiero escuchar tus problemas, no y no y no. Y así en bucle. Yo, por ejemplo, ya no me muestro partidaria a escuchar gilipolleces y uso este maravilloso poder en infinidad de ocasiones. Por que tendemos a anteponer las necesidades y problemas de los demás a los nuestros propios y, poco a poco, nos vamos olvidando de nosotros mismos. A veces la valentía habla en voz baja pero una vez que habla no hay quien la pare. Yo dejé mi último trabajo a los 10 días de un espectacular ascenso y cuando presenté mi dimisión la valentía era un mero susurro entre todo el ruido. Pero me atreví a decir NO a más dinero, a otras condiciones. No. Porque iniciar mi propio proyecto era mucho más tentador. Tener las riendas de mi vida.  Por fin. Aunque el mi mundo entero estuviera temblando. Al fin y al cabo, ¿no venimos a este mundo para hacer algo con significado?

Aún así "con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo. El valor es como el amor: necesita una esperanza que lo alimente. El valor no se falsifica; es una virtud que escapa a la hipocresía". 

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