miércoles, 22 de enero de 2014

De los trenes y de las estaciones.


"Querida amiga:

No sé cómo empezar a escribirte esta carta porque no sé si tengo motivos o si los quiero y como a ella no se la voy a mandar te la envío a ti. Puedo ponerle un nombre al sentimiento que siento, que empezó en Amor y termino en Pena, como le pasa a muchas historias. ¿Por qué pensar que la mía sería diferente,? Quizá porque yo sentía q ella lo era…porque yo también era distinta porque una vez más me lance al vacío sin red y aposte todo a un numero, el 22 que era su edad. ¿El amor tiene edad? Siempre pensé que no y ahora no sé si lo pienso…¿la madurez la tiene? ¿Se puede ser madura con 20 igual que con 30? ¿Fue ese nuestro problema? ¿Hubo alguno? ¿Nos los inventamos? o ¿sencillamente se acabo sin mas?
Ha pasado un mes y los sentimientos siguen ahí…aletargados, no sé si esperándola a ella o esperando a que me salga costra como otras heridas,esta ha sido breve pero me ha hecho volver a sentirme “niña”.

¿Y que piensas de los trenes? ¿De las estaciones? ¿De los viajantes? ¿Del famoso y recurrente dicho de que los trenes pasan una vez en la vida? Ahora mi pregunta ¿a dónde va ese tren? ¿Y si me subo y mi acompañante decide bajarse o cambiarse a otro? ¿o simplemente decirme que no vendría conmigo AL FIN DEL MUNDO cuando yo ya tengo un pie fuera? Pues que dejas que el tren te pase por encima y sientes PENA, porque la maleta la tenías hecha, porqué te veías compartiendo todo y una vez más tienes solo 1 billete de 1 viajero.

Paseo por la estación y de repente la veo en un banco sentada, me habla….pero yo sigo sin saber si quiere q me suba a ese tren con ella o simplemente siente curiosidad por si me han interesado otros viajeros…yo nunca fui de segundas oportunidades: ¿Como no sentir que volverán a “abandonarte” si ya lo han hecho una vez? ¿Como volver a confiar? …pero….¿y si esa persona es para ti? ¿El amor de tu vida? Pienso que nada de eso es real, que no existe, el amor de mi vida es el que he sentido yo por todas las personas que han compartido algo conmigo esos son “los amores de mi vida” que me han hecho ser quien soy,y a pesar de esto no pierdo las ganas de que llegue el” ultimo” que se quede a mi lado y que aprenda lo que nos queda por vivir…..

 ¿La espero? ¿Y si yo decido que me gusta más ir caminando que en tren?"

 
Querida amiga, hemos hablado en muchas ocasiones pero nunca había logrado entender lo que me querías decir. Hasta ahora. Y gracias por dejarme compartir tus dudas y tus miedos, que yo también los tengo. Creo que mucha gente que ha leído tu carta se siente como tú. No se ni por donde empezar, o bueno, puede que si. Empezaré por decirte que todos los finales acaban con pena, dulce o amarga, o pena agridulce; pero con pena. No es fácil asumir que has perdido a alguien. Pero hiciste bien amiga mía en apostar todo a un número, si no ¿de qué va la vida? Eres un poco kamikaze, lo se, tampoco uno puede querer a ciegas y con el corazón excesivamente expuesto. La diferencia de edad no es realmente un problema, la madurez si; pero ésta no crece progresivamente a medida que se cumplen años. Hay gente inmadura de 50 y gente muy madura con 20. Así que, amiga mía, no te mortifiques con la edad.

La mayor parte de las veces nos inventamos los problemas, porque cuando somos conscientes de que las cosas pueden salir bien, sin dramas, sentimos un vértigo horrible, insoportable de digerir. ¿Nunca te has levantado en medio de la noche con la sensación de que te caías al vacío? Pues así es un poco ese sentimiento. El vértigo al compromiso. Esa sensación de que no puedes estar en una relación y no entiendes bien por qué. Y cuando se rompe el vínculo sientes una pena extraña pero a la vez tus niveles de ansiedad han bajado considerablemente. Todo ello pasa porque sabemos que el amor nos hace vulnerables. No pudiste derribar esa barrera, por eso se levantaron tantas tormentas. La "costra" de la que hablas sale sola con el tiempo. No le tengas miedo al amor amiga, el amor es el motor del mundo. Da igual que te hagan daño, la fortaleza te la da las veces que te levantas del suelo cuando te caes. Nadie se ha hecho duro y fuerte sin salir de su zona de confort.



Las estaciones y los trenes me deprimen. Creo que las paredes de las estaciones han visto y oído mas llantos que un cementerio. Y si, los trenes pasan una vez en la vida, aunque ello no implique que, en su camino, tenga que hacer paradas técnicas. El motor se puede sobrecalentar, averiar, gripar...No hay ninguna máquina perfecta. No somos perfectos. Ni tu ni ella ni yo ni el que nos lee. Los viajantes, sin embargo, me fascinan porque nunca se la vida que esconden tras ellos, sus inquietudes, sus dramas, sus miedos.

Si te subes al tren de tu acompañante y ésta decide bajarse tu tren no va a descarrillar, siempre y cuando te hayas preocupado de construir bien los railes. Así que, amiga de mi vida, construye tu carril para que con maleta o sin maleta con acompañante o sin acompañante tu tren no descarrile. Ella te ha visto en la estación, dubitativa, y se ha aprovechado de las dudas que en el fondo sabe que tienes. No seas una radical: hay veces que las segundas oportunidades son NECESARIAS. Escucha bien lo que te dice, escucha no hables. Tú ya has dicho lo que tenías que decir. Fue ella quien te abandonó en la estación, no a la inversa. Nunca vas a saber si una persona es del todo para ti porque las personas cambiamos de manera constante. ¿Eres tu la misma que hace 5 años? No. Las personas somos como camaleones, el éxito de una relación duradera es saber evolucionar del mismo modo. Y escuchar mi pequeño tsunami, porque te conozco y se que atropellas a la gente con un montón de preguntas y de reproches.



Aun no has tenido que decidir si tienes que subirte o no al tren, así que no anticipes nada. Camina por la estación, pensativa, escuchando lo que tiene que decirte tu futura (o no) compañera de viaje. Pero no esperes mucho. Nietzsche decía que la esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento de los hombres. No le hagas mucho caso, pero que la esperanza no te cree falsas esperanzas. Y si decides, finalmente, no subirte al tren e ir caminando, créate un sendero firme; no camines sobre un suelo que se pueda abrir bajo tus pies.

Así que, como no he puesto tu nombre, de momento podemos dedicarle esta canción a la persona que te increpa en tu estación.


 

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