miércoles, 29 de enero de 2014

Belén

No le dedicaría una entrada a ninguna persona si no creyera que esa persona es especial y Belén lo es. Y mucho. Me acuerdo del día que la conocí. No me contó demasiado sobre su vida pero, como los ojos hablan, supe pronto que era una mujer fuerte. Lo que más rápido me llegó de Belén fue su buen rollo; no sabría explicar bien con palabras la paz que uno siente cuando la tiene cerca. Aunque nunca me lo ha dicho, creo que se pasa el día dando las gracias a la vida. Y esa actitud me encanta.

Belén me habló de algo que yo desconocía por completo y que se llamaba reiki, el "poder de sanar con las manos". Al principio me pareció surrealista, me imaginaba una especie de curandero chungo. Antes de descartar el Reiki, decidí investigar un poco en internet en qué consistía. Entonces descubrí que es una técnica reconocida por la Organización Mundial de la Salud y que se emplea en muchos hospitales españoles; tanto para aliviar dolencias físicas como emocionales. En aquel entonces yo atravesaba un periodo de muchísimo estrés por lo que pensé, ¿por qué no darle una oportunidad como todo en esta vida? Y, seis meses después, es de las mejores decisiones que he tomado nunca.

Belén da reiki en su casa. Yo no sabía bien a qué iba ni en qué consistía. Su casa olía a incienso, se oía música relajante de fondo. Me tumbó en una camilla (las típicas de dar masajes), cerré los ojos y fue poniendo las manos por los distintos "chakras". En la primera sesión me costó quedarme quieta. Pero a medida que iban pasando las semanas, mi hora semanal con Belén se fue convirtiendo en mi mini retiro espiritual. Porque, de verdad, que funciona. Y así ha sido hasta el día de hoy.




Fui averiguando en qué consistían los principios del Reiki y me encantaron:

- No me irrito;
- No me preocupo;
-Soy agradecido;
-Trabajo con diligencia; y
- Soy amable con los demás.

Así que, desde entonces, intento que mi vida pivote sobre esos principios. No es una religión. Ni una secta. Es una manera de tomarte la vida. La casa de Belén es acogedora. Tiene algo distinto, que te relaja, que te hace que te apetezca ir a verla y después de la sesión charlar un rato con ella.

 















Aunque, para ser sincera, lo mejor de la casa de Belén tiene un nombre: Gwen (aunque la encierra para gente no apta para animales).



Si os ha picado la curiosidad esto del Reiki su dirección de email es belenviqs@gmail.com.  Creo, que dedicarle este post al Reiki y a Belén, es el mejor consejo que puedo daros.

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