viernes, 7 de diciembre de 2018

El amor, un columpio

Iba a escribirte una carta desesperada. Porque siempre es más fácil escribirle a quien no te comprende, no te ve, no te entiende. Pero luego me encontré con un poema de Marwan. Y quiero creer que esto que siento tan ajeno es un denominador común en este mundo loco.

Para ti, columpio.

"Estoy atrapado en tu cuerpo, en la eterna ansia que provocas. En los ruidos de este objeto que se llama cama y se apellida contigo. Porque pienso en nosotros derribando la tristeza en un colchón y comprendo entonces que cada movimiento de una pareja haciendo el amor es un movimiento de la soledad hacia su casa. Un pequeño milagro que nos aleja del tú y del yo de esas palabras que caminan separadas. Pero no es ese el único movimiento que sucede contigo. No es solo eso lo que nos une. También son los fantasmas, nuestros anteriores fracasos, las mochilas llenas de recelo. Ese error nuestro de formar parte de ese grupo de personas que prefieren evitar el dolor antes de arriesgarse a la alegría. Eso también nos une. Y mucho más nos unen tus temores más violentos, el daño practicado contra el otro, y el modo en el que viste a tus padres hacer de sus vidas un combate a fuego abierto donde solo perdían los niños. Eso también nos une. Porque no quieres perderme pero del amor conoces poco más que sus portazos, y en esos recuerdos de la guerra familiar, recreas su pasado no se si como un modo de perdonarlos, demostrando que hay errores que se repiten.  O por pura inercia destructiva. Y en ello rompes todo, el corazón que se aproxima, todos los futuros que aparecen por ahí con un poco de sol por la ventana. Y por eso sigo, porque veo esto en ti, la rotura, la grieta por la que se cuela la desesperanza, el agua sucia con que te bañaron de pequeña. Y tu bondad tras tus trincheras, también la veo, ahí, acurrucada como un niño asustado en un armario. Por eso sigo. Por eso me he empeñado en que la moneda siga cayendo por el pago del abrazo para que seas consciente de que ya no es el pasado el que te habla desde cerca. He seguido para mostrarte que aquello ya fue, que, al fin, ya hay lugar para soltarse. Porque el amor es eso: un columpio en el que el otro hace todo lo posible por sujetarte".

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