lunes, 26 de enero de 2015

Reconciliaciones

No creo en escupir reflexiones sobre un año 2 días después de engullir doce uvas y vivir una resaca de campeonato. No. Las reflexiones son el resultado, como su propio nombre indica, del arte de reflexionar, que no es poco. En mi caso son tardías. Quizas porque odio el mes de enero. La puta cuesta de enero. Cuando te ves gorda, sin un duro, odiando a tu jefa, a tu trabajo, las prisas del metro y los repulsivos hedores de la gente que no se quita el abrigo dentro de un vagón atestado de personas. Es aquí cuando escupo las mías. Cuando pienso, joder, otro año mas. Gracias. 
Creo que el 2014 ha sido un año de reconciliaciones. Empezo con mi vida sentimental siendo un tren dirigido a un barranco. Un barranco con una mar inmensa y profunda por debajo. Creo que cuando un tren se cae a la mar profunda no hay que tirarse a ella en busca del tren. Aprendi, con esta metáfora, que no hay que seguir a la persona que sale por la puerta ni que se tira por la ventana.
A veces vamos como locos, gritando al aire por que no somos felices, por que no encontramos el amor o estamos tan insatisfecho teniéndolo todo. Y la respuesta es, a veces, extraordinariamente simple. Porque no nos hemos reconciliado. No nos reconciliamos con el amor, con la vida, con la salud. Y entramos en una espiral auto destructiva sin retorno. Bebemos, bailamos y volvemos a beber. Metiéndonos en la cama de personas que no quitan la sed. No paramos. Solo vivimos y vivimos con un lastre pesado. No se habla de lo que sucedió. Lloramos en soledad por vergüenza. La culpa impide que progresemos. El orgullo te impide coger el telefono y perdonar a aquellos que te jodieron.
Yo me propuse reconciliarme y desde entonces nada ha hecho mas que mejorar. Me reconcilie en primer lugar conmigo misma. Colgue las ginebras cargadas y los pitillos finos y empece a amamantar y a llenar de información a mi cabeza. Disfrutando de los sábados sin resaca. Luego me reconcilie con el amor. Perdone a todos los (cabrones) de mis ex parejas. Una a una. Me fui acercando y, aunque  no lo sabían, les fui perdonando. Y entonces encontré a mi futuro marido. Y entendí, en pocas semanas, todo. Todo lo que había leído sobre el amor, el pasado. Todo. Después del amor me reconcilie con un horrible veneno llamado cáncer que esta amargando a la mitad de mi alma. Cuando creía que iba a arrancarme los ojos de tanto llorar, decidí mirar a este hijo puta de frente y decirle aquí te esperamos. No te tenemos miedo. Tras el cancer, me reconcilie con el miedo y tire los orfidales por el mismo precipicio al que cayo el tren. Tire también a las personas tóxicas o vampiros energéticos. Y así, en el 2014, cree un vertedero en el mi fondo marino.

Ahora todos son felices ahora con Bob Esponja...